Hechizo de Marco Polo

Hace  tiempo, a finales del año pasado vi  una película que me conmovió particularmente: The secret life of Walter Mitty (2013). No es que sea un filme tan bueno o especial  pero a mí siempre me han movido las historias con un viaje como columna vertebral y éste no fue la excepción.  Los días posteriores me estuve preguntando en qué momento dejé de viajar como deseaba hacerlo;  por qué permití que un caparazón  se formara a mi alrededor para protegerme de mis emociones; por qué no tomaba el valor para  salir de mi cuarto, para dejar mi mesita, e ir a   descubrir  sentires y lugares con mis ojos y manos como antes hacía.  Entonces me decidí. Rescaté  las alas que tenía dormidas en el armario de los recuerdos, la motivación, la ilusión y la capacidad de sorprenderme. Desempolvé la maleta, tomé mi pasaporte,  mi laptop  y me fui.

Hice un gran esfuerzo para moverme entre las multitudes, para  no lavarme las manos constantemente, para sentarme en lugares  de dudosa higiene en el transporte público. Fue muy sanador. Conforme pasaron los días noté una mejoría tremenda en mi estado emocional e incluso me sentí más fuerte físicamente.  Tomé la ruta del amor y del arte, y, del amor al arte… en especial a la pintura, que tanto amo.  Y ahí estuvo él…  y fue hermoso. Y ahí estaba la belleza… y fue hermoso.

Conocí ciudades nuevas, las descubrí, o mejor dicho, dejé que se presentaran ante mí como un regalo abierto, vivo. Me sentí bajó el hechizo de Marco Polo nuevamente… viajera nuevamente… motivada nuevamente… como cuando era chica y quería conocer el mundo.

Vi en vivo  muchos de los cuadros que alguna vez miré en libros de pintura… y fue indescriptible lo que sentí…  alimento puro para mi ánimo, no necesité más después de ver esas obras de Picasso, Van Gogh, Monet, El Greco, Edward Hopper, Caravaggio, Botticcelli, Franz Marc,   Mirò, Pollock, y tantos, tantos otros artistas de mis sueños.

Visité algunos de los museos en los que siempre quise estar y la experiencia fue intensa y abrumadora. Abrumadora como cuando algo es «demasiado», es decir que te provoca una emoción tras otra y  es tan fuerte que necesitas un respiro… yo necesité días para asimilar todo lo que vi, toda esa belleza en mis ojos… estos ojos que no pueden contener tanto… tanto sentimiento, tanto color, esos trazos, esas pinceladas eufóricas… ah… sólo de recordarlo… si cierro los ojos puedo ver los colores vivos en esos cuadros de Mattisse… las pinceladas blancas, ansiosas de Van Gogh…

Luego  regresé a mi ciudad natal, donde mi familia me esperaba y me extrañaba. Ha pasado poco más de una semana de mi llegada y aún siento el efecto post-viaje… Los primeros días sentí un sueño y cansancio profundos, un desacelere casi irritante de la  emoción, un lento apagado del entusiasmo… pero está bien… tal vez no se pueda vivir en constante estado de euforia. Es necesario serenar los sentidos, descansar el pensamiento…  Pero en realidad mi pensamiento no se cansa con facilidad jejejeje… tiene gran vitalidad y se ha inspirado… ayer por la noche mi padre veía una serie sobre Marco Polo y yo por casualidad pasé por ahí. Me quedé viéndola a su lado.    Y pensé en dicho personaje, en sus recorridos, en aquellos tiempos donde viajar era una tremenda aventura… me sentí bien de tener mis propias travesías, que aunque sencillas y aparentemente simples para mí representan mucho, y han sido  importantes en mi aprendizaje de la vida, del mundo y de mí misma…

Y aquí estoy otra vez… tranquila, con ganas de escribir, de leer, de leerlos a ustedes…  con ganas de estar junto a  los míos y disfrutar de este lugar aunque no tenga esos cuadros que amo, aunque no me sea  tan  sorprendente como todo eso que vi… la quiero como es y la voy a disfrutar mientras en ella  esté… tal vez hoy la diferencia respecto a otros regresos a esta ciudad sea que siento mis alas más grandes, más fuertes, más abiertas que nunca… y no pienso meterlas de nuevo en el armario…

Es por eso que no había escrito, no  como antes… estaba ahí afuera viviendo… sintiendo… amando… llorando… riendo… volando…  Estoy de vuelta, aunque no sé por cuánto tiempo. Durante mi viaje deseé muchas veces compartirles lo que estaba sucediendo en mi vida…  no pude hacerlo por varios motivos… pero este post, esta entrada  es una manera de decirles que no dejé de sentirme parte de este mundo, nuestro mundo  de letras, que recreo   con ustedes con profundo cariño…

Y bueno, les  comparto algunas imágenes. Con el corazón.

Chagall

Chagall

Ciudad de las artes

La ciudad de las artes en un día nublado y de viento

Edwar Hopper

Edward Hopper

Jean-Michel Basquiat

Jean-Michel Basquiat

Klimt

Klimt

Lago de Garda

Lago de Garda

Monet

Monet

Picasso

Picasso

Río Hudson

Río Hudson

Van Gogh

Van Gogh