Esperarte

No te busco y sin embargo te he soñado. En el embrujo onírico he visto un rostro que no logro del todo definir entre la niebla, pero sé que eres tú. Te siento, se cómo te siento -entre el sueño y mi vigilia existe una sola vibración; cambia el escenario.

Puedo casi oler el aroma de tu cuello, casi reconocer la manera en que mi espalda se acurruca entre tus brazos.
Mi cuerpo ha sido ha sido diseñado para recrearse en el tuyo, a través de los siglos, de nuestras vidas… en las que una y otra vez nos encontramos…

Pero no te busco. Te espero. Esta vez te espero.

Escribiendo

Pensando en quienes escriben… no sé cómo es el proceso que los lleva a hilar un sentimiento, una idea con las letras… En mi caso surge como una chispa que se enciende, me quema y no logra apagarse hasta haber sido convertida en palabras… luego caigo en una especie de vigilia serena y no siento la necesidad de decir nada por un cierto tiempo… es así… lo siento o no el impulso de escribir, y cuando lo hago es casi una catarsis…

Cuando escribo suelo fluir ante la hoja en blanco de manera espontánea, sin embargo, no siempre logro terminar lo que comienzo -por falta de tiempo o cualquier otro factor-; esto luego se vuelve como una espinita clavada en mi pie recordándome que hay algo que sacar, entonces traigo todas esas ideas dándome vueltas en el pensamiento y un montón de sentimientos escondidos que esperan el momento de ser liberados… El problema es que cuando intento retomar eso que deseaba ser un cuento, un poema, una reflexión ya no siento igual y las emociones genuinas son sobrepasadas por el intelecto, cuyo poder es enorme pero que no comprende la pasión, el sentir en el instante preciso, ese cuando las palabras hacen el amor en armonía. Termino entonces por dejarlo ya que suele no gustarme el resultado final…

Ayer por ejemplo quise terminar un pequeño cuento que comencé hace algunos meses… fue un relajo y concluí borrando todo lo que había escrito… No obstante algo sé con todo esto: no puedo forzar mis palabras… como no puedo obligarme a sentir si no es de manera instintivamente natural… ir en contra de mi estado de ánimo, de lo que pienso o siento, no me provoca la mínima inspiración… Así que dejaré de pensar en todos esos inicios sin completar y seguiré fluyendo día a día… en espera de esa flama que me incendia por dentro hasta la punta de mis dedos…

La calidez de lo desconocido

Los últimos días me he sentido un tanto «desconectada» de mi cotidianidad, y en esto incluyo el uso de la red social donde varias veces he compartido mis entradas del blog… mucho de lo que he escrito lo he querido mostrar a mis amigos o conocidos sin embargo últimamente no he sentido la necesidad de compartir mis últimas entradas con ellos, o mejor dicho no he querido exponer «miren todos, he escrito una nueva entrada» (no obstante eso no quiere decir que no me encantaría que de vez en cuando alguno de ellos/as visitara de manera espontanea mi blog y que se sintiera motivado/a a comentarlo).

Bueno… hace unos momentos leí algo que escribió uno de los chavos cuyo blog me gusta leer; no lo conozco, ni siquiera sé de dónde es, pero me sentí muy identificada con algunas cosas que dijo respecto a ser leído por gente que no conocemos. En esta reflexión yo tengo que decir que me gusta saber que hay alguien que lee lo que escribo, personas de quienes no sé nada pero con quienes comparto el gusto, la necesidad, o la pasión por escribir… sé que posiblemente me lean porque yo los leo, pero no importa, lo chido es esta sensación de que en mi universo existen además seres con quienes virtualmente puedo compartir un pedacito de lo que pienso o siento a través de las palabras.

Ayer me sucedió algo especial… estaba en un café con una amiga que tiene la singular capacidad de hacerme sacar emociones contenidas que ni siquiera sé que traigo… entonces sin darme cuenta ya estoy llorando y sollozando… eso pasó ayer. De repente el mesero, un chavo de mirada profunda y cálida a quien no conocía, se acercó y me dijo -tienes un aura muy linda. -¿Qué? gracias… pero… ¿a pesar de que estoy triste?, le dije, -si, respondió. Nunca me habían dicho algo así. Yo sé lo que significa el aura y creo que algunas personas pueden percibirla, no sé si él sea una de ellas, pero para mi fue lo más hermoso que alguien pudo decirme en ese preciso momento y fue como un regalo. Después de despedirme de mi amiga regresé a casa caminando e iba recordando las palabras del chavo… pensé que a pesar de estos días de tormenta algo fuerte sigue brillando en mi interior …¿tuvo que recordármelo un desconocido? tal vez…
Creo que mi proceso de recuperación va por buen camino. Hoy estoy escribiendo y se siente bien hacerlo. No compartiré esta entrada en la red social; quiero ser leída por quien llegue a mis palabras de manera natural, si es así, de antemano te agradezco ser parte de mi mundo de letras.

De nuevo la luna

Después de la tormenta del sentido me alzo para contemplarte y escribirte como si fuera la primera vez, sin miedo a repetir palabras como belleza, hechizante, resplandor… porque siempre te descubro y siempre me maravillas con esa magia y ese efecto que generas en mi sin piedad… caigo rendida ante tu encanto y no puedo dejar de escribirte, de decirte eso que bien sabes…

Sin título

Esta lluvia. La niebla. La nieve. La luna. El rayo verde del horizonte. La aurora boreal. La marea. El skyline de la montaña. Las estrellas de Van Gogh… despiertan inexorablemente el dolor que duerme resguardado en un rincón