Después de mucho tiempo sin verla, esperaba en un café a mi amiga Julia. De repente la vi llegar en su bicicleta con una mochila y un casco lindísimo. Sabía de su experiencia como ciclista urbana pero nunca la había visto en la práctica, y me encantó. Me sentí inspirada. Fue poco después cuando logré salir de mi cercana y limitada zona de confort, acompañada de mi amigo Victor. Era la primera vez que me animaba a ir al centro de la ciudad en bicicleta y seguramente la familiaridad y seguridad con la que él se desplazaba sobre dos ruedas hizo que yo perdiera el miedo y recuperara la confianza con la que me movía de un lugar a otro en Mantova. Supongo que, en mi caso, era sólo una cuestión psicológica y al dar ese salto más allá de mi temor todo fue mucho más sencillo a la hora de usar esa bicicleta que había comprado meses atrás pero que casi no había usado porque daba por hecho que el ciclismo en Tepic era prácticamente un «deporte extremo». Estoy feliz de descubrir que en realidad la situación es mucho mejor de lo que imaginaba …
Algo ha venido cambiando en la ciudad. No sé desde cuándo pero últimamente veo por doquier personas que usan la bici como medio de transporte, no sólo como deporte o recreación. Esto me brinda una gran felicidad porque creo que el uso de la bicicleta está relacionada con la modernidad en cuestiones de desarrollo urbano, con la ecología, con un cambio cultural, con el bienestar humano… siento una gran simpatía por las nuevas generaciones de jóvenes, a quienes considero muy valientes, proactivos y conscientes de su participación en el universo. Me refiero a chavos como Isaac y sus compañeros de Tepic en Bici… los conocí hace poco y me conmovió su pasión, su valentía, la manera en la que se entregan a sus ideales de forma tan activa!!!
Hace unos días iba por la avenida de la cultura y vi a un grupo de chavos en sus bicis de ruta. Parecía que venían de un paseo largo pues traían sus trajes de ciclista. Eran cuatro o cinco y había una chica entre ellos. Les sonreí y los saludé emocionada. Tuve unas ganas tremendas de rodar, de sentir el viento… supongo que ese sentimiento contagioso es lo que hace que cada vez más gente desee intentar la actividad… la primera vez que me uní al paseo de Tepic en Bici me sorprendió la cantidad de personas, que lo hacen… es una pasión «in crescendo».
En esta ciudad poco a poco es más fácil pedalear y yo agradezco sin duda a Julia, a Isaac, a Victor, a Alex y a muchos otros, a todos quienes tienen el valor de usar la bicicleta para transportarse. El simple hecho de hacerlo es ya un paso adelante hacia algo mucho mejor… pensar en esto, vivirlo, me hace sentir esperanza… me hace sentir más motivada para pasar este tiempo aquí…
Hoy es domingo, normalmente pasaría la tarde leyendo o viendo películas, pero ahora, tengo otras opciones… miro el cielo despejado a través de mi ventana, escucho el sonido del viento… parece una clara invitación a tomar mi bici y salir a rodar…